Barrancas del Cobre, Chihuahua



Creel
2,400 msnm

Esta población, a 143 kilómetros de Cuauhtemoc y a 247 de la capital del estado, es el punto estratégico para visitar los cañones de Sierra Tarahumara. Pertenece al municipio de Bocoyna, cuya cabecera se encuentra a 16 kilómetros de Creel y muy cerca de Sisoguíchi, una de las misiones jesuitas fundadas en el siglo XVII. Aunque antiguamente la economía de Rochivo –nombre tarahumara del poblado original- dependio de los aserraderos, en la actualidad el turismo y el comercio son las actividades mas significativas de esta ciudad, con casas de tejados en dos aguas y rodeada por un bosque de pinos y encinos.

En la plaza centrar hay un monumento erigido en honor a don Enrique C. Creel, erigido en honor a don Enrique C. Creel, gobernador que dio su nombre al lugar en 1907, año en que llegó a la vía ferrocarril Kansas City-México y Oriente. Tiene una iglesia de estilo neogótico y en una colina cercan se erigió un monumento a Cristo Rey.

En Creel se puede visitar el Museo de la Cultura Tarahumara, en el que se exhibe una muestra histórica y cultura de los raramuri, así como una completa exhibición de bellas piezas de la cultura Paquimé. Aquí mismo hay a la venta diversos artículos artesanales de los tarahumaras.

A lo largo de la calle principal existen también distintas tiendas de artesanías en las que se pueden adquirir ollas, canastas de palma y pino, piezas de madera tallada y trajes típicos tarahumaras.

En Creel se pueden contratar guías para recorrer la región y practicar deportes de turismo de aventura, como la escalada en roca, el ciclismo de montaña, caminatas, rappel, excursionismo y recorridos por las barrancas.

San Ignacio de Arareco

A 8 kilómetros se ubica San Ignacio de Arareco, una típica comunidad tarahumara con sus habitantes dispersos en una superficie de 20 mil hectáreas pobladas de bosque. Su centro esta en el valle de Arareco donde destaca la Misión de San Ignacio, sitio de reunión de toda la comunidad. Este valle es de paisaje alpino con formaciones rocosas que, atendiendo a sus formas, se han denominando Valle de lso Hongos y de las Ranas; a 7 kilómetros mas adelante está el Valle De los Monjes. Siguiendo por la carretera a Guachochi, está el Lado de Arareco con aguas cristalinas, bordeado de rocas, pinos y encinos cuyo follaje adquiere un color rojo y dorado durante el otoño. Se puede practicar pesca o simplemente pasear en lanza y ejercitar alguna deporte acuático.


Cusárare

A 25 km. al suroeste de Creel por la carretera a Guachochi, se encuentra la comunidad tarahumara de Cusárare. Su templo fué construido en 1752 por los evangelizadores jesuitas con el nombre de los Santos Cinco Señores de Cusárare. En esta región se celebran con gran colorido las fiestas de semana santa y la virgen de Guadalupe, así como otras celebraciones de tradición tarahumara.

Museo San Ignacio de Loyola
Abierto lunes a viernes de 10:00 a 17:00 hrs.

Junto a la misión se encuentra este interesante museo, construido por los tarahumras con piedra y adobe sobre las bases de un viejo convento. En sus sales se precia una exposición permanente de cuarenta y cinco pinturas de arte sacro pertenecientes a diferentes autores recuperadas de la antiguas a diferentes autores recuperadas de las antiguas misiones de toda la zona Tarahumara realizadas entre los siglos XVI Y XVIII.

Cascada de Cusárare

Caminando 2 kilómetros por una vereda se interna en el bosque también, aunque con cuidado, puede hacerse parte del camino den automóvil se llega a la bella cascada de Cusárare. El salto de agua, tipo catarata de 30 metros de caída, es alimentando por el río que desciende de la montaña sobre el lecho pedregoso.

Recowata

A 30 km. al suroeste de Creel por la carretera a Guachochi, se toma una desviación de terracería en buen estado descendiendo la barranca de Tararecua para llegar al manantial de aguas termales de Recowata. Ubicado a un lado del arroyo de Creel, en el fondo de la barranca, este manantial está dispuesto de tal manera que comodamente puedan disfrutar varias personas de sus aguas en una serie de pilas que almacenan el agua antes de dejarla pasar al arroyo. A las pilas llega el agua desde una pequeña cascada, lo cual le da mayor atractivo al sitio. La visita a Recohuata desde Creel se lleva todo un día para disfrutarlo con calma, pero si se prefiere es posible acampar junto al manantial disfrutando ampliamente de este sitio en el fondo de la barranca.


San Juanito

Se localiza a 15 km de Creel, donde año con año, durante el mes de julio, se celebra el Festival de Hongo, que presenta una variedad de platillos preparados a base de esta planta recolectada en la región. En este lugar es posible realizar caminatas y paseos en bicicleta de montaña, así como disfrutar de las cabañas enclavadas en medio del bosque ideales par aprovechar el paisaje campestre de la zona.
Presa Sitíriachi

En San Juanito también se puede visitar la Presa Sitúriachi, localizada a 5 kilómetros del poblado, se trata de un complejo ecoturístico con hostal, áreas de descanso, miradores, dos puentes colgantes, áreas de estacionamiento, zona para acampar y 38 kilómetros de senderos pedestres y para bicicleta de montaña.

Parque Nacional Cascada de Basaseachi

Por la carretera que va de Chihuahua con rumbo a Hermosillo, Sonora, después de pasar por Tomochi, en el entronque de la estrella, se toma un camino de 12Km. para llegar al Parque Nacional Cascada de Basaseachi.

El entorno esta formado por bosques de pinos, barrancas y arroyos con minúsculos valles cultivados. Poco antes de llegar al precipicio, el caudal del río Basaseachi crece con la corriente de dos arroyos, de tal manera que, sobre todo en temporada de lluvia, al precipitarse el torrente hacia un abismo de 246 metros de altura, se hace la caída de agua más grande del país. Su belleza se acentúa al caer en chorro, sin ningún obstáculo, lo que provoca que las capas de aire vayan extendiendo poco a poco el agua antes de llegar al fondo. Una serie de bien trazadas veredas comunican todos sus miradores. Estas veredas son ideales para quienes gustan de caminar entre en bosque y estar en contacto directo con la naturaleza. En todo el trayecto se tienen vistas excelentes de la cascada y la Barranca de Candameña.

Cascada Piedra Bolada

Con una caída libre de 453metros, la cascada de Piedra de Bolada es considerada la más alta de México y la número 12 del mundo, aunque su caudal no es tan grande como la de Basaseachi. Esta cascada solo se puede apreciar completa en los meses de Julio a Octubre, que es en la época de lluvias. Para llegar a este lugar se deben recorrer 7Km. desde Basaseachi y solo se puede llegar hasta a el caminando a través de una de las veredas que conducen a sus mas importantes miradores, en compañía de un guía contratado en la comunidad de Huajumar de Basaseachi.

Maguarichi
1,690 msnm

En el camino de terraceria que comunica a Basaseachi y San Juanito hay una desviación que presenta la opción de conocer Maguarichi, un pintoresco mineral con casas encaramadas entre riscos y peñascos salpicados de pinos, en medio de la neblina que forman las aguas termales que fluyen del fondo de sus arroyos. Santa Bárbara de Maguarichi fue el primer nombre que se le dio a este mineral que a través de su historia ha tenido épocas de bonanza y de decadencia. Su topografía y el paisaje serrano que lo enmarcan lo ubican como un punto de sumo interés para el turista. Su entorno montañoso lo propone como el lugar ideal para practicar deportes de montaña y alpinismo. Debemos recordar que Maguarichi está en el corazón de la sierra, por lo que abundan rancherías de tarahumaras.

Uruachi
1,360 msnm

Esta población se encuentra a 60Km. de Basaseachi y a 160 de Creel. Ambos caminos son de terraceria Uruachi es un pueblo minero descubierto desde 1736, en un área limítrofe entre los tarahumaras, pimas y guarojíos. Circundado por montañas altísimas como Orocoroyvo, Arechuyvo y Batuchiqui, pequeñas comunidades indígenas en las que se puede encontrar el tesgüino y demás elementos de la cultura tarahumara.

En las cercanías de Uruachi está el rancho El Rincón y el Cerro Blanco con sus abrigos rocosos que conservan unas antiquísimas casas de adobe de una cultura ya olvidada y que recuerda un poco a la cultura Paquimé.

20Km. antes de llegar a Uruachi por la desviación de Aguateachi, se encuentra el valle de Otachique, uno de los valles mas hermosos de la sierra, rodeado de pinos y grandes paredes de piedra totalmente verticales. Otachique cuenta con una serie de cavidades entre las que destaca la cueva del Rincón del Oso y la cueva de Las Momias, ambas con vestigios arqueológicos. En Otachique hay algunos miradores entre los que destacan los de la Barranca del río Choruyvo y del Cerro Colorado, uno de los más altos de los alrededores con 2700msnm. Asimismo se cuenta con rústicas cabañas y un pequeño restaurante.


Cerocahui
1,660 msnm

A 68Km. de el Divisadero, continuamos por la ruta del Ferrocarril Chihuahua hacia los Mochis, se localiza estación Bahuichivo, donde se recorren 18Km. para llegar a la antigua comunidad misional de Cerocahui. Esta población fue fundada en 1680 por el misionero jesuita Juan María de Salvatierra, quien mando construir la misión de San Francisco Javier de Cerocahui cerca del pueblo está la Cascada de Yepáravo y el mirador del Cerro del Gallego, desde donde se admira la Barranca de Urique, la mas profunda de toda la Sierra Tarahumara con 1879 metros.

En esta zona, los hoteleros se han especializado en excursiones por los alrededores, y algunos de ellos tienen paseos a caballo de varios días de duración, que van desde Cerocahui hasta Batopilas cruzando la división continental.

Urique
549 msnm

Fue la primera región de la Baja Tarahumara sometida a finales del siglo XVII, y en 1860 se ascendió a municipio. Destaca en la cabecera municipal el Templo de Santa Ma. Montserrat, edificado por la misión de Cerocahui en el siglo XIX. El 8 de Septiembre, se lleva a cabo la fiesta patronal en medio de regocijo popular.

Batopilas 
560 msnm

A partir de Creel, sobre la carretera que va a Guachochi, en el entronque de Samachique a 73 Km., entre las profundidades de la Sierra Tarahumara se encuentra Batopilas, un rico mineral descubierto a mediados de 1708 por Pedro de la Cruz. Un año después, el Gobernador Deza y Ulloa bautizo el lugar como “San Pedro de Alcántara” de Alburquerque, en adulación al virrey en turno, aunque sus pobladores prefirieron seguirle llamando con su antiguo nombre.

El sinuoso y estrecho descenso hacia Batopilas, con acantilados en ambos lados del camino, es una serie de parajes alternados de bosques de confieras y formaciones rocosas de color rosa, blanco y marrón. Desde la parte alta de la sierra (más de 2000 msnm) se desciende a 420 metros en un trayecto sumamente corto, hasta casi llegar a nivel del río. Allí entre la vegetación tropical, se observa un edificio de ladrillos rojos que fue la mansión de Alexander R. Sheperd, dueño de las mas ricas minas de Batopilas.

Este personaje, que fue Gobernador del Distrito de Columbia en los Estados Unidos, quedo fascinado por el paisaje y la riqueza de las minas. En 1880 por abismos y barrancas mando traer pianos, vajillas, criados ingleses y bañeras de porcelana, todo a lomo de mula por los desfiladeros para instalar cómodamente a su familia en este lejano rincón de la Sierra Tarahumara y vivir un cuento de hadas que duro mas de 30 años.

Llegar a Batopilas es entrar a otro mundo: aguacates, mangos, guayabas y flores tropicales que revientan en el tibio clima de este pequeño paraíso en Chihuahua. Las blancas casas del pueblo siguen paralelas al río. Al fondo disputando el espacio del pequeño caserío, destacan el templo con su torre del siglo pasado, la plaza y un parque de tamaño diminuto. En este lugar existen cómodos servicios de hospedaje. Es recomendable bajar esta terracería en camioneta.

A finales del siglo XVII, los misioneros jesuitas entraron a la región de Batopilas, hasta entonces territorio de los indígenas tubares y rarámuri. Pronto establecieron la Misión de Satevo a 8 Km. al sur de Batopilas. Solo y en medio de una barranca entre 1760 y 1764 los Jesuitas levantaron un magnifico edificio misional. Se trata de una de las construcciones más bellas y mejor preservadas de toda la Sierra Tarahumara.

Guachochi
2,400 msnm

Existen dos caminos para llegar a Guachochi: la carretera de Creel-Guachochi con 140 Km. de longitud y la de Parral-Guachochi con 120 Km. que se recorren ambas en aproximadamente tres horas. “Tierra de Garzas” como significa en lengua Tarahumara, Guachochi ha pasado a ser uno de los centros indígenas mas importantes en el sur de la Tarahumara y en el que se pueden apreciar con mator frecuencia las festividades populares de esta tribu y la creación de artesanías.

Guachochi esta situado en la parte alta de la Sierra, es un lugar estratégico para desplazarse a Guadalupe y Calvo, Tónachi y sobre todo a la reina de las barrancas: “La Sinforosa” ubicada a 18 Km. al sur del poblado. Desde ahí se aprecia una secuencia de desfiladeros que rematan con la visión del río verde en el fondo de la barranca.

Otros sobresalientes miradores son los del Picacho y la Cumbre de Huérachi. En este último la barranca de Sinforosa presenta su desnivel máximo de 1,830 metros. En cumbres de Sinforosa desciende una vereda bien trazada y fácil de seguir hasta el fondo de la barranca, el visitante solo necesitara ser dueño de una buena condición física.

A 30 Km. al norte de Guachochi se localiza la pequeña comunidad tarahumara de Tónachi, fundada en 1752 como pueblo de misión con el nombre de San Juan Bautista. Su iglesia se conserva en su forma original y en buen estado. Cerca del centro del poblado se encuentra la hermosa “Cascada del Salto Chico” una alargada catarata de 10 metros de caída con pozas muy agradables donde es posible nadar. 4 Km. aguas abajo se encuentra el “Salto Grande” este con 20 metros de caída. 

Divisadero Barrancas y Posada Barrancas 
2,400 msnm


A 50 Km. al suroeste de Creel, se localizan las estaciones Divisadero y Posada Barrancas donde gracias al recorrido del Ferrocarril Chihuahua al Pacifico se convirtieron en los mas accesibles miradores de la Barranca de Urique con 1,300 metros de profundidad. Desde estos puntos se aprecian las Barrancas del Cobre, Urique y Tararecua. De aquí se llevan a cabo recorridos a otros miradores como el de Piedra Bolada y el de la Mesa de Mogótabo, también se puede bajar caminando o a lomo de bestia al fondo de la barranca y visitar manantiales termales. Esta zona cuenta con hoteles, servicios de Guías de Turistas.